Instalar un sistema de geolocalización en el móvil de un menor puede atacar su privacidad, pero no es delito.
En la era de las nuevas tecnologías no son pocos los padres y madres que se plantean instalar un software con geolocalización en el teléfono móvil de sus hijas e hijos. Todo con tal de tener un mayor control sobre dónde están y quedarse así más tranquilos. Sin embargo, esto podría suponer una vulneración de su privacidad.
El Código Civil asegura que “la patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos, de acuerdo con su personalidad” y también recoge que se pueden administrar sus bienes. Sin embargo, otro punto indica que un menor tiene “derecho al honor, la intimidad personal y familiar y la propia imagen”, por lo que regular un problema de esta índole es complejo.
Éste último punto quedaría completamente vulnerado si el padre o la madre instalase la aplicación sin informar sobre ello. En ese caso afectaría a su intimidad, razón por la que expertos recomiendan comentar siempre al menor las intenciones y obtener su consentimiento. De esta forma no habría ningún problema.
En cualquier caso, el adulto nunca incurriría en delito al entenderse que los tutores tienen derecho sobre la administración del teléfono y su software, ya que se les reconoce como propietarios del mismo.